La Meditación
tal y como la entendemos en Occidente es una forma de hacer que la
máquina de producir pensamientos, es decir, la mente, pare por unos
instantes, y deje paso a lo que cada uno lleva en su interior. Pero en
realidad, la Meditación es mucho más que eso. Aparte de hacer que
tomemos las riendas de “la loca de la casa” como llamaba Santa Teresa a
la mente, Meditar nos concede la posibilidad de abrir un espacio dentro
de nosotros en el que estar en completa calma, nos da la llave para
tomar contacto con nuestra esencia, con aquello que somos verdaderamente
y que la inercia de las cosas, la vorágine de la vida “civilizada” y
“moderna” nos ha hecho arrinconar, hasta casi olvidarlo. Nos hemos
olvidado de nosotros mismos y por eso nos hemos sentido perdidos en
numerosas ocasiones.
Las
técnicas de relajación consiguen que soltemos el estrés acumulado y que
se genere una sensación placentera en nuestro cuerpo. La Meditación,
además, nos lleva a un estado de plenitud, donde la mente ya no gobierna
nuestras acciones y el mundo de imposiciones y prisas y enfados y
materialismo, y… toma otra perspectiva. Porque en ese estado yo estoy
conmigo, puedo mirarme por dentro y sentirme, y tocar la divinidad que
llevo en mi interior. Y en ese estado se crea el silencio, un lugar para
ser; hay una liberación, la respiración se ralentiza, el sistema
nervioso recupera su ritmo normal. Entonces, la mente se serena para
dejar paso a la paz del espíritu. Se despierta la consciencia dormida,
ésa que nos sirve para ver con claridad y que nos nutre el alma de
buenos sentimientos.
Somos
chispa divina y ya Buda, que significa “El Iluminado”, nos los dijo,
que todos podríamos alcanzar ese estado de felicidad completa, que todos
somos budas en potencia. Lo único que nos falta es práctica. Ponemos un
pie después de otro y así comenzamos a caminar pausadamente por el
sendero que lleva hasta nuestro corazón. Cuando llegamos allí nos damos
cuenta de que la vida es mucho más feliz vista desde ese ángulo. Allí
encontramos el gran Amor, el incondicional.
Como
dijo otro maestro al que conocemos y queremos, la Meditación es la
Vida, porque una vez que la integras en ti, todo es Meditación, no sólo
el momento en que te sientas durante unos minutos en silencio. Llevar la
Meditación a cada instante que vivamos, ése es nuestro gran reto.
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