miércoles, 25 de mayo de 2016

Cinco diferencias entre castigo y consecuencia

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Sobre los castigos está casi todo dicho. La palabra castigo suena a viejo, rancio y feo y ahora, los nuevo es llamarlos consecuencias pedagógicas o castigos educativos o cualquier otro eufemismo del estilo, pero ¿qué es una consecuencia y qué un castigo? 
 
1. Cuestión de significado

Un castigo es (según la RAE) un escarmiento, una pena, que se impone por una falta cometida.
Una consecuencia es un hecho que resulta de otro.

De forma que llamar consecuencia pedagógica a la silla de pensar por ejemplo, es como mínimo una falta de conocimiento y a mi entender una mentira.

La silla de pensar, dejar sin móvil, sin tele o sin salir no creo que sean consecuencias de casi ningún acto. Son castigos.
Una consecuencia es mojarte si sales sin paraguas y llueve, tener que recoger y limpiar el agua derramada y los cristales de un vaso que se rompe, no poder ponerte tu camiseta favorita porque está manchada y no la echaste a la lavadora… eso son consecuencias derivadas de nuestros actos y son las que educan realmente para nuestra vida.
¿Quién no ha aprendido a lavar la ropa de un color junta porque tiñó de rosa una camiseta blanca? ¿Quién no ha aprendido a tener cuidado con el horno porque se quemó? Y así con muchos aprendizajes significativos que han ocurrido en nuestra vida.

2. La consecuencia es neutra, el castigo busca dañar

Admitámoslo, cuando nos sale el castigo de dentro la ira está al mando. No buscamos educar, razonar, entender… buscamos dar un escarmiento y que el niño aprenda “por las malas”. Por mucho que no queramos admitirlo, cuando surge el castigo en nuestra mente nos invade un sentimiento de frustración, enfado y ganas de hacer pagar al otro por lo que ha hecho. Esto viene de nuestra infancia, de cuando éramos nosotros los que recibíamos el castigo, de no saber gestionar la frustración que sentíamos y sentimos, y que nos provoca impotencia ante lo que vemos.

La consecuencia no está revestida de ira porque no busca dar un escarmiento. Es lo que sucede inmediatamente después del acto. Si lo vemos con actos adultos resulta más fácil. Imagina que por accidente has roto la televisión. No creo que para escarmentar te digas a ti mismo “vale, ahora me quedo una semana sin postre a ver si así aprendo y encima tengo que pagar el arreglo de la tele.” Suena estúpido ¿verdad? La consecuencia directa y lógica es que si hemos roto la televisión tenemos que arreglarla. Eso conlleva que no podemos verla durante el tiempo que está rota, que tenemos que gastar dinero en arreglarla y eso tal vez nos suponga que no podamos comprar otras cosas que teníamos pensadas… y todo ello son consecuencias del mismo acto: se ha roto la televisión.

3. La consecuencia es aprendizaje en sí misma

El castigo, para que sea efectivo, debe ser perdurable en el tiempo y debe repetirse siempre el mismo y no levantarse, ¿por qué? Porque no es significativo de aprendizaje.
Si dejamos a un niño sin postre durante una semana porque se ha portado mal y un día viene una visita y levantamos el castigo, el niño aprenderá que el castigo puede ser levantado o no según convenga y no será efectivo.
Si un niño no quiere cenar y se va a la cama sin cenar porque no tiene más hambre, la consecuencia directa puede ser que al día siguiente tenga hambre y haya experimentado esa sensación, de modo que la próxima vez, quizá podamos recordarle lo que sintió al tener hambre y así recuerde que debe cenar. No tenemos que dejarlo sin cenar a posta ni nada por el estilo porque no es necesario.

4. El castigo no es natural

Las consecuencias forman parte de nuestra vida y nos enseñan por ellas mismas. Los castigos son impuestos por alguien externo que busca educarnos porque sabe más, porque se erige sabedor de la verdad.
Y eso deja al niño sin la posibilidad de elaborar su propio pensamiento a cerca de lo que está bien o mal, de lo que se debe hacer o no.
Cuando un niño rompe algo de manera accidental, si no ha habido castigo previo, vendrá y nos lo mostrará para que veamos lo que ha pasado y ante un hecho que no conoce, vea cómo actuamos. Si en ese momento castigamos aprenderá que la próxima vez, mejor ocultar el hecho. Si aplicamos consecuencia y diálogo aprenderá que ante un problema o situación inesperada se busca una solución y posteriormente se puede además reparar el daño moral si lo hubiera. No ocultará lo que ha pasado porque no habrá miedo a represalias.

5. El castigo educa desde el miedo, la consecuencia desde la reflexión

El castigo busca erradicar el comportamiento quitando privilegios. Eso nos lleva a la conducta de evitación, que nos lleva a mentir, ocultar, disimular y echar balones fuera, justificaciones… por el miedo al castigo.
La consecuencia busca educar en responsabilidad de nuestros actos. Busca que aprendamos a vivir en sociedad respetando el espacio y posesiones de los otros. No hay miedo porque tras el echo hay diálogo y resolución de situaciones, nada que nos deba preocupar. Nada que haga que el niño quiera huir de lo que vendrá después.

Estas son solo 5 diferencias, aunque seguro que hay más. Para acabar, una pista sobre si es consecuencia o castigo, lo que vas a hacer, ¿se lo harías a tu pareja? ¿Lo haces desde el enfado? ¿Quieres demostrar superioridad? ¿Lo haces desde el amor? Si contestas a estas preguntas podrás ver si es castigo o consecuencia.


¿Crees que tienes un hijo con altas capacidades? Te conviene leer esto

mentes brillantes

La mala adaptación escolar que a veces sufren hace que se estén perdiendo las mentes más brillantes del futuro

Quizá existan muchos padres que consideren que tienen hijos con altas capacidades. Pero lo cierto es que, de forma objetiva, no es fácil averiguarlo. Mireia Long, co-directora de la Pedagogía Blanca(tienen cursos on line destinados a padres con hijos así), afirma que «los niños de altas capacidades son aquellos que presentan capacidades cognitivas por encima de lo habitual en su franja de edad y, añade, no es fácil identificarlos». 
 
Existe una gran confusión sobre los términos y porcentajes. Clásicamente se calculaba que entre el 3% y el 5% de la población podía encuadrarse en la superdotación, pero, sostiene la experta «hay muchas áreas a tener en cuenta: precocidad, talento específico para algún área y capacidad por encima de la media en creatividad y aprendizaje, por lo que deberíamos más bien referirnos a que entre un 10 y un 20% de los alumnos presentará altas capacidades en algún momento de su infancia o a lo largo de ésta, en un campo concreto».

Las altas capacidades no son únicamente tener un alto cociente intelectual mensurable con pruebas específicas, sino que incluyen el talento, la dotación natural y la precocidad.

Mireia Long está convencida de que «la detección se basa, usualmente, en un criterio puramente numérico, el cociente obtenido en pruebas específicas, que no contemplan otras áreas de capacitación y que están muy influenciadas por aspectos culturales y motivación». Además, agrega, «los criterios no son comunes en todas las comunidades y el corte se realiza numéricamente, por lo que puede descartarse a un niño como potencialmente de altas capacidades por leves diferencias en los puntajes».

Resulta necesario destacar que los profesores y orientadores escolares son los encargados de las valoraciones, descartándose las realizadas por expertos externos al sistema educativo, que quizá, en ocasiones, tienen mucha más experiencia en la detección. Las altas capacidades no son una característica física, aunque haya un componente heredado, el ambiente familiar, social y escolar influye muchísimo en que un niño pueda desarrollar ese potencial o no hacerlo.

Errores habituales a la hora de no detectarlos

Mireia Long recuerda que «existe un error habitual que es identificar altas capacidades con resultados académicos. Más bien sucede al contrario y los niños con altas capacidades no tienen mejores resultados en fracaso escolar o resultados inadecuados, pues se aburren enormemente con la metodología obsoleta y repetitiva de gran parte del sistema educativo. Un niño de altas capacidades puede que saque malas notas, se desmotive o se distraiga y que, por lo tanto, se distraiga y no halle interés en el aprendizaje, hasta llegar a rechazarlo si no se le proponen actividades que se adecúen realmente a sus capacidades e intereses». 

¿Qué hacer con un niño que presenta altas capacidades? La co directora de la Pedagogía Blanca lo tiene claro: «cuando un niño es detectado y valorado positivamente (muchas veces después de un calvario familiar) las propuestas suelen ser poco adecuadas. Ampliar sus tareas, incorporar temas con la misma metodología o pasarlo de curso no es realmente lo que están pidiendo, sino que sería una atención personalizada que les permitiera desarrollar al máximo sus talentos y profundizar en sus campos de interés y pasión. No dar más, sino dar de otro modo que sea más».

Además, Long recuerda que: «debemos pensar que, si como se calcula, entre el 65% y el 80% de los superdotados fracasan en la escuela o no se integran bien en el sistema, la sociedad está perdiendo un recurso extraordinario, las mentes más brillantes para el futuro, además de cargar esas infancias con infelicidad y sentimientos de inadecuación. Si los niños de altas capacidades no se integran bien en el sistema educativo no hay que moldear a los niños hasta que encajen, sino cambiar el sistema para que les permita brillar».

Niños superdotados integrados en la escuela con los demás ¿si o no?

Es un tema muy discutido. ¿Integrarlos sí o no? Para la experta, «no hay una fórmula única. Hay centros específicos para estos alumnos excelentes pero la mayoría de los pensados para la excelencia educativa reproducen el criterio de los resultados académicos con mayor presión y poca personalización. El niño de altas capacidades se integra perfectamente en la escuela, con niños de su curso y, en algunos casos, con niños más mayores, pero solo si se le ofrecen medidas de enriquecimiento curricular correctas, no más materia.

 También suelen funcionar maravillosamente cuando se les ofrece educación en casa, es decir, hacen "homeschooling", pues se les puede dedicar más tiempo personalizado y seguir sus intereses, hasta el punto de permitirles (en España no, pero si en otros países) acceder a la Universidad mucho antes».

Por otra parte, añade, «las escuelas deben cambiar su método, incorporar la creatividad, el fomento de los talentos, las inteligencias múltiples y la personalización. Esa es la línea de trabajo de los profesionales formados con la Pedagogía Blanca y creemos que esto es un derecho de todos los niños en todas las escuelas, independientemente de su coeficiente intelectual. En principio mi respuesta es que sí deben integrarse en la escuela normal, sin descartar otras posibilidades, pero ellos van a aprender de todos los niños y a enriquecer la vida escolar. Además, la escuela debe ser inclusiva y abrazar la diversidad».

Rechazo social

Una circunstancia que va ligada a los niños de altas capacidades es que suelen sentir rechazo social por el mero hecho de ser diferentes y no del todo comprendidos. Para Mireia Long este es un problema delicado: «el que una persona sea especialmente inteligente, profunda, rápida, que tenga grandes conocimientos o sea brillante parece ofensivo, cuando en cambio se valoran otras habilidades como el un gran deportista o una persona socialmente muy activa. Con los niños sucede más, y los padres, y los mismos niños, se ven agredidos emocional y verbalmente con comentarios o actitudes despectivas. Eso de “¿es que te crees que tu hijo es mejor por ser más inteligente” o “tan listo no será si saca malas notas” que vienen del entorno social, familiar y a veces, de algunos maestros. No valoramos lo suficiente la capacidad intelectual y la tratamos de minimizar, como si no fuera el mejor recurso que tenemos, las mentes brillantes».

Y, concluye «otro problema es la etiqueta de déficit de atención. Nadie puede interesarse por algo que le parece estúpido y aburrido. Y eso hace que el niño no pueda concentrarse pues lo que se le propone carece de interés para él»

Consejos para los padres

«Mi consejo es que, tengan o no suerte con el equipo escolar que atienda a su hijo, no deleguen en ellos toda su educación, sino que se ocupen y preocupen de ofrecer toda clase de experiencias y recursos a sus hijos, para que puedan desarrollarse plenamente. Y por supuesto, que, si no encuentran una buena acogida en la escuela o la atención en medidas de atención es deficitaria, sigan luchando, pues en el fondo, los máximos responsables de la educación de sus hijos y a quienes más les importa es a ellos».


¿Deberes en Navidad? No, que los niños estén más tiempo con sus padres

De nuevo el debate sobre la mesa sobre la utilidad o no de los deberes en casa

deberes navidad

Es una queja constante en muchísimos foros y debates en la red entre las madres: la excesiva carga de deberes que los profesores ponen a los niños. Parece claro que llegados a una edad, adolescencia, deben reforzar en casa pero, ¿qué pasa con los alumnos de primaria? Niños de entre 6 y 9 años que apenas disfrutan de tiempo libre para jugar y que, al salir de clase, enseguida están con los deberes. Algunos restándole tiempo al sueño. ¿De verdad es esto necesario?
 
No son pocos los países que tienen encendidos debates sobre este tema. De hecho en Francia están prohibidos por ley desde 1956 para los niños de primaria y muchos colegios se saltan esa norma, motivo por el que asociaciones de padres ya en 2010 elevaron sus protestas a través de las asociaciones de padres llegando incluso a la huelga. En otros sistemas educativos, como el siempre laureado finlandés, no existen los deberes en primaria. De hecho comienzan la escuela a los 7 años. 

¿Qué pasa en España? La realidad es que, a pesar de que cada vez más expertos en pedagogía, educación y psicología alzan sus voces explicando que los deberes en primaria no sirven absolutamente para nada y, además, son perjudiciales, se sigue cargando a los niños con tantos trabajo que, dicen los expertos, al final llegan a secundaria hastiados y con poca motivación. 

En unos días comienzan las vacaciones escolares navideñas y muchos niños se llevan grandes cantidades de deberes lo que hace que apenas puedan disfrutar del tiempo libre, tan necesario a esas edades para su correcto crecimiento.

La Pedagogía Blanca, auténtica precursora a la hora de formar a profesores con ganas de cambiar las cosas, incide muchísimo en este punto en sus cursos online. Mireia Long, una de sus fundadoras, considera que no son necesarios en esta etapa de la educación. «Las vacaciones son indispensables para los niños y precisamente en Navidades es cuando menos deberíamos plantearnos que hicieran deberes de ningún tipo.

 Primero por ellos. Sus días lectivos ya suelen estar cargados entre el colegio, los deberes y las actividades extraescolares y suelen tener poco tiempo para jugar, pensar, leer lo que les apetezca o divertirse con sus familias. Ahora sencillamente es preciso dejarles desconectar y que aprovechen su tiempo para hacer todo lo que no pueden hacer a diario».

El tiempo de juego, autoconocimiento y refuerzo de las relaciones afectivas con sus familias es un aprendizaje también, importantísimo, del que, añade Long, «salen reforzados los valores familiares, la autoestima y les da la posibilidad de reconocer quienes son, buscando por ellos mismos actividades lúdicas y educativas a su medida».

Tampoco debemos olvidar que muchos niños necesitan a sus padres para hacer los deberes, por lo tanto este punto también hay que tenerlo en cuenta. «Hay quienes tienen a diario una pelea con sus hijos por las tareas escolares y eso hace que su relación se haga muy tensa. Les va bien un tiempo en el que puedan conocerse de verdad y disfrutar de cosas que les hagan felices. Los padres pasan ahora poco tiempo con los niños y es muy importante que aprovechen el que tienen para conocerlos mejor, descubriendo sus talentos, los temas que les fascinan, conversando y jugando con ellos, porque ese tiempo no volverá y porque, además, una relación de confianza se sustenta en esos momentos compartidos», concluye Mireia.

«Además, puntualiza, las fiestas navideñas suelen estar recargadas de compromisos, comidas, compras y salidas para hacer ocio o turismo. No es necesario complicarlas adicionalmente con una fuente de obligaciones suplementarias que tampoco van a aportar nada. Si los padres quieren salir de vacaciones o ir a hacer visitas es bastante penoso ver al niño arrastrando su mochila y rompiendo esos tiempos de disfrute por tener que ponerse a hacer tareas». 

Pero, ¿por qué motivo los profesores, casi de manera sistemática, ponen deberes a los niños? ¿Qué les impulsa a hacerlo? Para la experta en pedagogía, «los padres y los maestros parece que temen dejar a los niños sin deberes. Los maestros lo hacen por dos motivos, algunos porque sinceramente piensan que los alumnos olvidarán lo aprendido si no lo repiten continuamente o que van a perder, por un par de semanas, el hábito de estudio. Otros maestros, también es cierto, simplemente los ponen porque los padres o el colegio no se plantean otra cosa y los mandan casi forzados».

Mireia Long recalca la importancia de reflexionar por qué existe el temor a que los niños olviden lo aprendido si no lo machacan: «Realmente, explica, un aprendizaje significativo y duradero se basa más en la comprensión y asimilación de conceptos que en la mera repetición mecánica. Otra idea que se detecta es que hay que tener obligaciones, pero todos necesitamos también tiempos de libertad y desconexión. Y no olvidemos que la verdadera responsabilidad necesita, además de una supervisión externa, un compromiso personal, un deseo auténtico de hacer cosas que consideramos importantes», concluye.

Preparando las bases de unos adultos comprometidos

Mireia Long recuerda que «en las empresas punteras y en los mejores equipos de investigación se valora mucho el compromiso personal que nace de dentro, del deseo del individuo de convertirse en un experto en un tema concreto y eso no se logra de un día para otro, para eso es importante que la Educación formal permita que los alumnos descubran qué cosas son las que les emocionan y les apasionan, qué cosas quieren descubrir y qué cosas son las que les hacen querer saber siempre más y más. Para lograr que los niños sepan eso de ellos mismos y lo experimenten hay que dejarles tiempo libre, ofreciéndoles experiencias educativas variadas pero dándoles la oportunidad y el tiempo de dedicarse a ellas».

«Estoy convencida, añade, de que si damos a los niños herramientas, tiempo libre y buenos materiales educativos nos van a sorprender con la manera en la que gestionan su deseo de conocer. Un libro sobre el cuerpo humano o los volcanes, un documental, una visita a un museo, internet supervisado por los padres o una tarde de juegos de mesa inspirados en la Historia son experiencias educativas igualmente valiosas. Y los niños luego querrán profundizar en alguno de esos temas. Todo suma y todo es necesario, pero son las vacaciones el mejor momento para que puedan hacerlo».

También los propios padres piden deberes. Parece que hay una cierta conciencia colectiva de que si no les pone deberes a sus hijos el colegio no funciona bien. Mireia Long cree que esto es debido a que «les preocupa que sus hijos pierdan ritmo de estudio y se vean perjudicados, pero es una cuestión de costumbre, de mentalidad, y eso hay que cambiarlo dándoles confianza en que ellos ahora pueden aprovechar para enseñarles muchas cosas importantes también sobre el mundo, las empresas, la Naturaleza, los valores humanos y la importancia de las relaciones interpersonales».

En las vacaciones navideñas podemos, además de dejar mucho tiempo para el juego libre, programar actividades de todo tipo: visitar museos, hacer juntos algún taller educativo al que permitan la asistencia de toda la familia, ir al campo o a alguna ciudad con bellos monumentos históricos, leer juntos un libro en voz alta, cocinar, hacer manualidades… son muchas cosas maravillosas que harán que los niños aprendan, disfruten y recuerden a sus padres como las personas cercanas y amadas que seguro queremos que recuerden que somos.

Y no parece que lo diga sólo Mireia Long. En el anuncio de Ikea de esta Navidad los niños dejan bien claro. Lo que quieren de regalo de verdad es pasar tiempo con sus padres. No con los libros.

 

Déjales jugar

“Déjale a ver qué pasa”, me dije cuando Bertha se alejaba un poco más de lo normal de mi. Ella gateaba por el parque y se alejó llamada por su instinto a descubrir. Mi primera reacción interna hubiera sido llamarla para que volviera pero la dejé continuar. Llegó a la pared, se puso de pie y observó durante un rato muy interesada, sonriente y sin necesidad de mi presencia. Yo me pregunté: ¿Qué hace?

dejales jugar


Si: JUEGA! Como dice una de las partes de la definición del juego infantil: “… El juego entraña el ejercicio de autonomía y de actividad física, mental o emocional, y puede adoptar infinitas formas…”* Para Bertha ese día fue una preciosa y gran pared amarilla; no siempre encuentran el juego en aquello que nosotros creemos que hay juego…

Por eso: “Déjales jugar” me repito internamente cada vez que siento la intención de interferir en el juego de mis hijos para pedirles algo, para decirles que no se vayan muy lejos, para preguntarles algo que a mí se me antoja, para ayudarles o facilitarles el hacer algo…. ¿No te ocurre?

“Déjales jugar” me repito, aunque no siempre consigo pararme a tiempo o la circunstancia no me lo permite, pero cada vez que consigo frenar mi impulso adulto y me paro a contemplar la escena desde una cierta distancia, me sorprendo del regalo que me brindan: una escena única e impagable de la vida de mi hijo en la que se encuentra inmerso en su mundo, tal cual es y tal cual siente. Me regalan el conocer su interior, su necesidad, su esencia de niño.

Cuantas veces habré cortado su cuento, su discurso, su juego… No es menos importante esta necesidad intrínseca del niño pero muchas veces se la arrebatamos sin darnos cuenta… ¿Verdad?

Jugar es desarrollo, es descubrir, es conocer, es aprender, ES CRECER y para ello necesitan nuestra confianza, su espacio y su tiempo sin interferencias. Por eso, piensa, observa y: “Déjales jugar”


Diez ideas para fomentar la creatividad de los niños

creatividad

Los niños nacen naturalmente llenos de creatividad. De hecho, si algo caracteriza a nuestra especie y a nuestros cachorros, es esa desbordante creatividad entendida como experimentación, imaginación y capacidad de dar soluciones a los problemas nuevos de nuevas maneras.

Sin embargo, es cierto también, que nosotros mismos empeñados en que las cosas de hagan “como deben hacerse” o las presiones del sistema educativo, a veces adormecen esa creatividad innata. Os propongo hoy algunas ideas para fomentar la creatividad natural de los niños que podéis, seguro, llevar a vuestros hogares y aulas.

Déjale dibujar y pintar libremente

El dibujo no es obligatorio, ni es necesario que todos los niños amen pintar y mucho menos a la misma edad. Pero es una forma de expresión y disfrute enorme, siempre que no obliguemos tiempos y temas, y mucho menos obligarles a copiar o colorear de manera prefijada y sin salirse de unas líneas marcadas. Ya habrá tiempo para que los niños dominen técnicas y se adentren en el dibujo naturalista. Cuando son pequeños dejadles pintar y dibujar libremente, con materiales y superficies variadas y sin juzgar su obra.

Acércale a diferentes materiales y texturas

Cuando hablo de materiales y texturas no me refiero específicamente a la expresión plástica o artística, sino a todo material, que sea seguro, que esté a vuestro alcance. Los niños pequeños aprenden mucho de sus sentidos, y el tacto es uno de ellos y debe ser atendido con una riqueza de experiencias que les harán descubrir lo diverso que es el mundo y como funciona. Tierra, agua, barro, telas, metal, madera, corcho y todo lo que imaginéis, ponedlo a su disposición.

Abraza la diversidad

El mundo es muy diverso y conocer eso les enriquece, les ayuda a pensar de manera diferente, a descubrir nuevas cosas y formas de vivir. Acude con tus hijos a ferias, exposiciones, museos y actividades que apuesten por la interculturalidad. Abraza la diversidad.

Déjale que juegue disfrazado

El disfraz ayuda a que el niño experimente nuevos roles y situaciones, alentando su creatividad en el juego y en la vida. Es una forma de expresar sus deseos y descubrirse capaz de ser lo que desee ser. Es más, os diría que les permitáis disfrazarse de lo que quiera y cuando quiera. Incluso si quiere ir a la calle disfrazado, o a una fiesta o a casa de sus abuelos, adelante, no hace daño a nadie y les estamos dando el reconocimiento a su propia personalidad.

Léele, léele, léele

Si, léele mucho, lecturas de todo tipo, cuentos, tebeos, revistas, fragmentos de novelas, de libros de divulgación científica… un niño al que se le lee descubre la maravillosa experiencia que es la lectura y todo lo que va a poder encontrar en los libros. No importa incluso que ya sepa leer, sigue leyéndole tú. Y otra cosa importante, déjale elegir sus lecturas. Sugiere, comienza, pero nunca obligues.

Llévale a museos de todo tipo

Los museos son espacios llenos de vitalidad y conocimiento, verdaderos tesoros del conocimiento humano al alcance de todos. Hay muchos y todos valen. Visita con los niños museos de ciencia, etnología, antropología, historia, pintura, traje… No es necesario que sean museos infantiles, siempre que respetes el que en alguno se aburra y quiera irse o que solo quiera estar un ratito, les van a encantar.

Háblale de descubrimientos científicos con naturalidad

Los niños desean entender el mundo y como funciona. La ciencia es la respuesta. No es necesario que todo lo vayan a descubrir ellos solos, hay respuestas que podemos ayudarles a encontrar. Haced experimentos. Háblale de descubrimientos científicos, de los grandes hombres que los realizan, de los misterios que seguimos sin haber resuelto. Ved documentales o series sobre contenido científico, también las hay infantiles si las más elaboradas les cansan.

Cuéntale historias de creadores

Cuéntale historias de grandes creadores: la vida de los inventores, escritores, pintores, arquitectos, viajeros y descubridores es una fuente de inspiración enorme que les hará amar esa creatividad que desplegaros y apasionarse con la propia. Si tú no las conoces, adelante, empieza ahora. A ti mismo te va a ayudar mucho descubrirlas para poder contárselas.

Cultiva su inteligencia emocional

La inteligencia emocional es una parte importante de la creatividad, pues nos va a ayudar a atrevernos a hacer algo diferente y a conseguir nuestros locos sueños. La autoestima y la confianza en uno mismo es parte fundamental del proceso creativo. Saber entender como nos sentimos nosotros mismos, poner nombre a nuestras emociones y tratar a los demás como desearíamos que nos traten, comunicarnos y poner límites si nos dañan es indispensable.

Evita juzgar sus resultados

Cuando el niño experimenta y crea lo más valioso es el proceso, por tanto, evita juzgar sus resultados y no califiques o critiques sus logros. Puede que te pida opinión, y comparte con él la alegría que ha vivido y lo que ha aprendido, pero no resaltes los “defectos de forma” y mucho menos califiques su trabajo o pongas notas. Felicítalo, anímalo por lo que ha hecho, pero no dejes sobre él la responsabilidad de hacer las cosas “bien” como otros creen que deben ser.

Os dejo estas ideas para fomentar la creatividad de los niños y me pongo a trabajar para daros ideas a los adultos que vivís con niños para ser vosotros mismos más creativos y acompañarlos de ese modo.

El cáncer: el secreto mejor guardado

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En el año 1931 el científico Otto Heinrich Warburg (1883-1970) recibió el premio Nobel por descubrir la causa primaria del cáncer en su tesis “La causa primaria y la prevención del cáncer“. Según el Sr. Warburg, el cáncer es la consecuencia de una alimentación antifisiológica y un estilo de vida antifisiológico. 
 
¿Por qué?

Una alimentación antifisiologica (dieta basada en alimentos acidificantes y sedentarismo), crea en nuestro organismo un entorno de acidez y éste, a su vez, provoca la expulsión del oxígeno de las células. El Sr. Warburg afirmó:
  • “La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de una misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro”.
  • “Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno”.
  • “Privar a una célula de oxígeno durante 48 horas puede convertirla en cancerosa”.
  • “Todas las células normales tienen un requisito absoluto para el oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno (esta es una regla sin excepción)”.
  • “Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos”.
Warburg

En su obra “El metabolismo de los tumores“, Warburg demostró que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. En cambio, sobreviven gracias a la glucosa siempre y cuando el entorno esté libre de oxígeno.

Por lo tanto, el cáncer no sería nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para continuar con vida en un entorno ácido y carente de oxígeno. Las células sanas viven en un entorno alcalino y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento. Una vez finalizado el proceso de la digestión, los alimentos generarán una condición de acidez o alcalinidad al organismo en función de la calidad de las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, los minerales y las vitaminas.

El resultado acidificante o alcalinizante se mide a través de una escala llamada PH, cuyos valores se encuentran en un rango de 0 a 14, siendo el PH 7 un PH neutro. Es importante saber cómo afectan a la salud los alimentos ácidos y alcalinos, ya que para que las células funcionen en forma correcta y adecuada su PH debe ser ligeramente alcalino. En una persona sana el PH de la sangre se encuentra entre 7,40 y 7,45. Tener en cuenta que si el PH sanguíneo cayera por debajo de 7 entraríamos en un estado de coma próximo a la muerte.

De acuerdo con lo expuesto aquí, se pueden generar dos listas de alimentos que acidifican y alcalinizan el organismo: 
  • Azúcar refinada y todos sus productos (el peor de todos: no tiene ni proteínas, ni grasas, ni minerales, ni vitaminas; solo hidratos de carbono refinados que estresan al páncreas. Su PH es de 2,1, es decir, que es altamente acidificante).
  • Carnes (todas).
  • Leche de vaca y todos sus derivados.
  • Sal refinada.
  • Harina refinada y todos sus derivados (pastas, galletitas, etc.).
  • Productos de panadería (la mayoría contienen grasas saturadas, margarina, sal, azúcar y conservantes).
  • Margarinas.
  • Gaseosas.
  • Cafeína.
  • Alcohol.
  • Tabaco.
  • Medicinas.
  • Cualquier alimento cocinado (La cocción elimina el oxigeno y lo trasforma en ácido) inclusive las verduras cocinadas.
  • Todo lo que contenga conservantes, colorantes, aromatizantes, estabilizantes, etc.: todos los alimentos envasados.
Constantemente la sangre se encuentra autorregulándose para no caer en acidez metabólica, de esta forma garantiza el buen funcionamiento celular, optimizando el metabolismo. El organismo debería obtener de los alimentos las bases (minerales) para neutralizar la acidez de la sangre de la metabolización, pero todos los alimentos ya citados aportan muy poco y en contrapartida desmineralizan el organismo, sobre todo los refinados. Hay que tener en cuenta que en el estilo de vida moderno estos alimentos se consumen todos los días del año.

Alimentos Alcalinizantes (Saludables y favorables a la vida)
  • Todas las verduras crudas (algunas son ácidas pero dentro del organismo tienen reacción alcalinizante, otras son levemente acidificantes pero consigo traen las bases necesarias para su correcto equilibrio) y crudas aportan oxígeno, cocidas no.
  • Frutas, igual que las verduras, pero por ejemplo el limón tiene un PH aproximado de 2.2, pero dentro del organismo tiene un efecto altamente alcalinizante (quizás el más poderoso de todos). Las frutas aportan saludables cantidades de oxigeno.
  • Semillas: aparte de todos sus beneficios, son altamente alcalinizantes, como por ejemplo las almendras.
  • Cereales integrales: El único cereal integral alcalinizante es el mijo, todos los demás son ligeramente acidificantes pero muy saludables. Todos deben consumirse cocidos.
  • La miel (es altamente alcalinizante).
  • La clorofila de las plantas (de cualquier planta) es altamente alcalinizante (sobre todo el aloe vera).
  • El agua es importantísima para el aporte de oxigeno “La deshidratación crónica es el estresante principal del cuerpo y la raíz de la mayor parte de las enfermedades degenerativas” afirma el Dr. Feydoon Batmanghelidj
  • El ejercicio oxigena todo tu organismo, el sedentarismo lo desgasta.
El Doctor George w. Crile, de Cleverand, uno de los cirujanos más importantes del mundo declara abiertamente: “Todas las muertes mal llamadas naturales no son más que el punto terminal de una saturación de ácidos en el organismo”. Contrario a lo anterior es totalmente imposible que un cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la acidez, nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas y aumentando el consumo del agua pura y que, a su vez, evite los alimentos que originan dicha acidez, y se cuide de los elementos tóxicos. En general el cáncer no se contagia ni se hereda…lo que se hereda son las costumbres alimenticias, ambientales y de vida que lo producen.”

Mencken escribió: “La lucha de la vida es en contra de la retención de ácido. El envejecimiento, la falta de energía, el mal genio y los dolores de cabeza, enfermedades del corazón, alergias, eczemas, urticaria, asma, cálculos y arteriosclerosis no son más que la acumulación de ácidos.”

El Dr. Theodore A. Baroody dice en su libro “Alkalize or Die” (alcalinizar o morir): “En realidad no importa el sin número de nombres de enfermedades. Lo que sí importa es que todas provienen de la misma causa básica: muchos desechos ácidos en el cuerpo”.

El Dr. Robert O Young dijo: “El exceso de acidificación en el organismo es la causa de todas las enfermedades degenerativas. Cuando se rompe el equilibrio y el organismo comienza a producir y almacenar más acidez y desechos tóxicos de los que puede eliminar, entonces se manifiestan diversas dolencias.

¿Y la quimioterapia?

La quimioterapia acidifica el organismo a tal extremo, que este debe recurrir a las reservas alcalinas de forma inmediata para neutralizar tanta acidez, sacrificando bases minerales (Calcio, Magnesio, Potasio) depositadas en huesos, dientes, uñas, articulaciones y cabellos. Es por ese motivo que se observa semejante degradación en las personas que reciben este tratamiento, y entre tantas otras cosas, se les cae a gran velocidad el cabello. Para el organismo no significa nada quedarse sin cabello, pero un PH acido significaría la muerte.

¿Es necesario decir que esto no se da a conocer porque la industria del cáncer y la quimioterapia son uno de los negocios más multimillonarios que existen hoy en día? ¿Es necesario decir que la industria farmacéutica y la industria alimenticia son una sola macabra entidad?

“Que el alimento sea tu medicina, que tu medicina sea el alimento”. Hipócrates.

«El sistema educativo español está anclado en la era industrial»

Richard Gerver, considerado una de las personas más influyentes en el ámbito educativo, explica cómo deben ser las escuelas del futuro

sistema educativo español

José Ramón Ladra
 
El británico Richard Gerver es profesor y está considerado uno de los líderes educativos más innovadores e inspiradores de nuestro tiempo. Su mayor logro fue convertir la Grange Primary School, uno de los peores centros de Gran Bretaña, en uno de los colegios más innovadores del mundo, lo que le ha hecho merecedor de grandes reconocimientos. Fue asesor de política educativa del Gobierno británico de Tony Blair y Premio Nacional de Enseñanza en el Reino Unido. El autor del libro «Crear hoy la escuela del mañana», entre otros, recibió a ABC momentos antes de impartir su conferencia «El reto de educar en el siglo XXI. Nuevas necesidades. Nuevas formas» en los Encuentros Savia, organizados por la Fundación SM. 

— ¿Qué requisitos debe reunir una gran escuela?

—Si las escuelas tienen pasión y confianza por lo que hacen, pueden desarrollar el sistema que más se ajuste a sus necesidades. No hay un único método. Aunque compartan algunas características, cada país es único y diferente y debe encontrar lo que funciona para él. Lo que ya no funciona es el sistema educativo que entrena para aprobar exámenes. 

— ¿Cuáles son las capacidades que tendrán que desarrollar los niños para el futuro? 

—No se trata solo de adquirir conocimientos. Es absolutamente necesario que aprendan a resolver problemas, a pensar por sí mismos, a colaborar, a trabajar en equipo, a saber adaptarse a los cambios de forma permanente. Y, sobre todo, a no sentarse a escuchar, sino a seguir aprendiendo conceptos por su cuenta. Las capacidades más importantes que un joven puede tener son las habilidades personales. 

El papel del profesor

— ¿Qué papel desempeñará de ahora en adelante el profesor en las aulas?

—Los maestros son, a mi juicio, una de las figuras más importantes de la sociedad. Necesitamos a los mejores. Si no hay educación, no hay futuro. Pero si los profesores quieren respeto, y obtener reconocimiento (social y salarial), tendrán que actuar como profesionales que son. Tendrán que demostrar su coraje. No vamos a ningún lado si solo nos quejamos, tenemos que actuar. Empezar el cambio por nosotros mismos. 

—Algunos profesores deseosos de realizar un cambio aseguran tener más miedo a los inspectores del Ministerio de Educación que al director o al alumno conflictivo. 

—En Inglaterra también existe la figura del inspector en el aula. Pero un profesor que crea que trabaja para el inspector, y no para enseñar al alumno, no es un buen docente.

—Usted es muy crítico con los exámenes, pero de alguna forma hay que medir los conocimientos del alumno. 

«Los exámenes son una manera muy vaya de medir el conocimiento»

—Los exámenes son una manera muy vaga de medir el conocimiento. Es mucho más complicado. Se puede conocer cuánto saben mediante una conversación con ellos, viendo la forma en la que trabajan, observando cómo producen...

— ¿Qué le parecen los deberes? 

—Mi pregunta es... ¿para qué existen los deberes? Nadie me sabe responder con certeza. Si los niños quieren investigar, o jugar... que lo hagan. Son niños, aprenderán de cualquier manera, pero no sentados en una mesa en su cuarto. 

El sistema español

— ¿Cree que el informe PISA es un buen método para evaluar el sistema educativo de cada país?

«PISA ha hecho más daño a la educación que ninguna otra cosa»

—PISA es un suicidio, que ha hecho más daño a la educación que ninguna otra cosa. Sus resultados, además, están falseados. En algunos países, como China, ahora a la cabeza del ranking mundial, los niños con necesidades especiales no acudieron al colegio el día que se realizaron estos exámenes. En Shanghái, las autoridades tienen derecho de veto sobre determinadas preguntas. Y Finlandia, en cambio, ahora está en la posición duodécima. ¿Por qué? Porque preparan al niño de una forma integral, no para aprobar exámenes. 

— ¿Qué percepción tiene del sistema educativo español?

—Está caduco. De hecho, está anclado en la era industrial. No es efectivo para el mundo de hoy, donde se necesitan empleados creativos y capaces de pensar por ellos mismos. El sistema español, donde solo se enseña y se controla, no tiene sentido.

— ¿Por dónde deberíamos empezar a cambiar?

—Deberían empezar por tener una visión clara del tipo de profesionales jóvenes que les gustaría tener en el futuro. La realidad es que lo que se ve son políticos que anteponen sus intereses por delante de la educación. Piensan que hay que crear el modelo educativo, que luego vendrán los profesionales, cuando el planteamiento es al revés. 

— ¿Está la clave en un Pacto de Estado por la Educación? 

—Hay que poner la educación por encima de la política, aunque cambien los políticos cada cuatro años. Finlandia ha tenido éxito en su modelo educativo gracias a que consiguió separar educación y política. Y funcionó.