El
quiromasaje es una técnica que consiste en manipular piel, tejido
adiposo y músculos del cuerpo humano, que en la década de los años 40,
introdujo en España el doctor Vicente Lino Ferrándiz García, procedente
de Suiza.
Históricamente,
tenemos testimonios escritos o gráficos de la práxis del masaje en la
Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia,
en la antigua Grecia o en el Imperio Romano. Sus beneficios han llegado
hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta
el desarrollo específico de algunas mucho más complejas para aliviar
dolencias concretas del cuerpo y/o el organismo.
Lo
que diferencia e identifica el quiromasaje es que se trata de un masaje
manual, siendo únicamente la mano humana la capacitada para percibir
con exactitud el grado de presión a ejercer y la sensibilidad con el
tejido a tratar. Por supuesto esto no lo puede conseguir ninguna máquina
inventada por el hombre.
Es
la acción que consiste en presionar, frotar o golpear rítmicamente con
las manos y con la intensidad adecuada, determinadas regiones del cuerpo
-principalmente las masas musculares- y con fines terapéuticos,
deportivos, de relajación, etc.
Se
pueden realizar, entre otras manipulaciones, amasamientos, fricciones,
percusiones, pellizcos, roces, tecleteos, vibraciones, y dentro de cada
una de esas manipulaciones, sus diferentes movimientos.
El Masaje, entre muchos de sus efectos:
- Libera la tensión superficial de la piel.
- Inhibe las tensiones y favorece la contractilidad muscular.
- Ayuda a estimular, alimentar y reforzar los músculos.
- Aumenta la velocidad y fuerza del aporte sanguíneo, forzando el arrastre de células muertas y productos de desecho.
- Estimula el sistema nervioso.
- El estrés y las tensiones se aplacan.
- Disminuye el cansancio físico y mental.
- Resulta sedante y relajante.
Esta
técnica debe ser siempre aplicada por un profesional cualificado, que
es quien tiene una formación específica sobre el sistema muscular, óseo y
nervioso del cuerpo humano, así como la forma concreta de realizar cada
tipo de masaje según la dolencia de que se trate. El Quiromasajista no
sólo trabaja el músculo afectado, sino que debe conocer perfectamente
el origen de la lesión que motiva la dolencia, favoreciendo igualmente
la circulación sanguínea y estimulando el sistema nervioso
proporcionando de esta forma una situación de bienestar en el receptor.
Así
mismo, el quiromasaje realiza una aplicación y correcta distribución de
las energías corporales, propiciada por su carácter sensorial, por lo
que se muestra especialmente eficaz en determinadas afecciones, como el
estrés.
La
duración de un quiromasaje es indeterminada, dependiendo los casos, si
bien no es aconsejable una duración superior a una hora. En ocasiones se
puede precisar de más de una sesión para paliar la dolencia
¿Qué trata el quiromasaje?
Trata, entre otras cosas:
- Artritis reumatoide
- Artrosis
- Celulitis
- Cefálea
- Contracturas posturales
- Edemas
- Enfermedades reumatológicas
- Estreñimiento
- Fatiga o cansancio (astenia)
- Impoténcia funcional muscular
- Insomnio y situaciones de estrés
- Lesiones musculares
- Meteorismo (gases)
- Obesidad
- Tos y espectoración
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